Aquí
tienes un cuento con tus tres palabras Ludi.
A primera vista, pasaba
desapercibida. A segunda vista, algo de ella te llamaba la atención y es que
bajo sus grandes gafas de pasta, su enmarañada mata de pelo largo y su cara sin
maquillar podías observar que era guapa. Era guapa natural, de esas guapas que
hoy en día es difícil encontrar, pues todas se ocultan bajo esa capa de piel
artificial que la presión social les ha “obligado” a ponerse, con la que
ocultan su rasgos y facciones humanas apoyando la perfección de la muñeca de
porcelana.
Y a tercera vista simplemente, te enamorabas
de ella y de su forma de ser. Se convertía en ese recuerdo dulce que en algún
momento futuro tendrás y una sonrisa en tu cara se dibujará.
Porque ella, era una chica simple
y normal con la que al intercambiar una sola palabra, te alegraba el día. Su
cantarina forma de hablar, sus exagerados movimientos de las manos y sus
bailarines pies que no se mantenían quietos en ningún lado eran una de sus
grandes características. Ella era esa clase de personas que nunca ves triste,
que afronta cualquier problema con valentía y busca una solución sin decaer,
pues ella sabía que en este mundo a parte de la muerte, todo tiene solución.
Siempre te saludaba con una gran sonrisa y si te conocía en seguida se paraba a
hablar contigo por unos minutos, unos minutos que se acababan convirtiendo en
horas, pues con ella, el tiempo pasaba volando. Sin darte cuenta le daba la
vuelta a tu día, lo cogía entre sus manos lo agitaba y como si de magia se
tratase veías con ojos más positivos y estabas preparado a enfrentarte a
cualquier reto que la vida te pusiera por delante. Vestía con ropa desordenada
y extravagante y también tenía sus manías, no os vayáis a pensar; esa clase de manías
que forman parte de nuestra personalidad.
Un día le dijeron que era
la felicidad en persona y que cómo conseguía ser feliz y estar alegre día tras
día en este mundo cada vez más gris. Querían que les contase su truco. Pero
ella lo único que hizo fue levantar los hombros y tras unos segundos dijo: eso de buscar y
encontrar la felicidad material es sólo un mito, para ser feliz tan sólo tienes
que ser tú mismo y olvidarte de las reglas sociales. Busca en tu interior y
coge fuerzas pues vivimos en un mundo muy difícil, lleno de mentiras y banalidades
en el que parece que lo más importante es el aparentar, posturear y hacer
creer. Tú mejor amigo debería ser un espejo porque en él se encuentra tu
reflejo y sin embargo lo consideramos un traidor que nos muestra de manera
descarada la parte que no nos gusta de nosotros y hace que lo odiemos y no nos
queramos volver a mirar. Vivimos en un mundo en el que el poder es el que manda
y no importa si para conseguirlo tienes que pisotear y arañar las cabezas de
otros. Con tanta tontería estamos contaminando el mundo, este mundo que nos dio
la vida. Muchas veces creo que hasta los animales son más inteligentes que
algunos de los especímenes humanos que andan por ahí sueltos caminando. Cabezas
bajas mirando al suelo al andar, caras largas que ni dan los buenos días y ojos
con el brillo apagado es lo que veo día tras día. Ya es hora de despertar, mirarte a ti mismo y decidirte,
mimarte, sentirte... Quítale el polvo a esa persona feliz de tu interior y déjale
que salga al exterior, sin más miramientos, sin ningún temor. Sé el tú que eres, no el que te representa.
El público que la rodeaba no se
atrevió a decir nada, se dieron la vuelta y poco a poco se fueron alejando con
sus gachas cabezas mirando al suelo, sus caras largas y sus miradas apagadas.
Pero más de uno comenzó poco a poco a subir la cabeza y observar ese bello
mundo que nos rodea.
Es un cuento muy alegre
ResponderEliminarMonch
Me encanta!
ResponderEliminarSonia que bonitoooooo y que rápido me lo has hecho. Graciasss!!!! eres un sol, lo guardaré en lo más profundo de mi corazón. Un beso muy grande
ResponderEliminarGracias a ti por darme las tres palabras y colaborar a que este pequeño proyecto salga adelante! Un abrazo
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