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viernes, 26 de febrero de 2016

Amor. Oportunidad. Camino.

Y allí estaba, mirando por la ventana como si la vida con ella no fuera. Lo único que veía eran  las gotas que golpeaban furiosas contra el cristal y oía a los altos arboles de ahí fuera gritar.

Hacía tres horas que se había encerrado en su habitación y durante esas tres horas estuvo ahí, quieta, pegada a la ventana. Aunque aparentemente llevase largo rato sin hacer nada, su mente no dejaba de pensar, no paraba de darle vueltas a esa gran oportunidad; a esa gran oferta que ante sus ojos se presentó justo al terminar ese gran año de Universidad. Ese día en el que te das cuenta que ya no puedes ir hacia atrás y ha llegado el momento de hacerse mayor, tomar decisiones y elegir un camino para comenzar.

Y allí estaba ella tratando de elegir, decidiendo que caminos le harían más feliz. Sería más fácil si tan sólo tuviese que recorrer el camino de baldosas amarillas pero a ella nadie la iba a guiar. Sabía que en algún momento tendría que echar a volar, dejar el nido de su hogar, hacer las maletas y despegar; pero nunca pensó que ese momento fuese a ser tan repentino o le pillase tan poco preparada.

Y las horas pasaban…

Y allí estaba, con un mando de la Play entre las manos, haciendo que jugaba pero sin jugar, como si la vida con él no fuera. Lo único que veía eran las coloridas imágenes pasar y oía el ruido de los coches derrapar. Estaba claro que ese día él no iba a ganar, pero en realidad le daba igual, su cabeza se encontraba muy lejos de la pantalla.

Cuando eres pequeño no te enseñan a decidir, a tomar tu camino, a elegir. Te viene de golpe cuando eres mayor y no tienes otra opción.

Y los minutos seguían…

Y allí estaban, dos almas perdidas y desconcertadas; dos personas que vivían cada uno en el lado opuesto del mundo. Dos personas que meditaban sobre su camino, su leyenda, ese prologo de su historia que debían comenzar a narrar, sin saber que sus caminos gracias a esa decisión pronto se iban a encontrar.

Y los segundos se pararon.

Y así fue como se encontraron;  arriesgándose a perder, tomando nuevas riendas y preparados para aprender. Tras descubrirse, el amor entre ellos surgió y a partir de ese momento supieron que sus miradas se unieron y que seguirían caminando; creando esa senda, juntos de la mano.

Mil caminos por recorrer, sendas que descubrir y oportunidades a conocer. Tan sólo cierra los ojos y déjate llevar, que tu corazón sea el que marque ese camino por el que comenzar. 

2 comentarios:

  1. Muchísimas gracias Sonia.. Es fantástico como si las palabras se identifican con la persona.
    Gracias, gracias y gracias.

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    Respuestas
    1. Gracias a ti por darme tus tres palabras y hacer que este pequeño proyecto siga adelante! :)

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