Este lleva tu nombre, papá:
Él era
muy trabajador, de esas personas a las que se les pasa volando el tiempo porque
no tienen ni un minuto para decirse “Y ahora ¿qué hago?”. Y ese qué hacer ya
podía ser dedicar tiempo a su trabajo, ir al gimnasio, pasear al perro o leer
un libro tranquilamente sentado; y si en algún momento algo de lo planeado
fallaba, tampoco le importaba porque sabía que mientras, podría hacer otra cosa
por lo que simplemente daba una vuelta a su alrededor y seguía adelante,
siempre mirando al frente pues de nada le servía dejar la vista atrás y
quedarse parado en lo pasado. Buscaba otro objetivo que tuviese apuntado en su
lista de cosas que hacer o simplemente elegía uno por placer.
La gente que le conocía le solía decir “¿Cómo
puede ser que siempre estés haciendo algo?”.
A lo
que él, que era muy sincero, respondía sin ningún miramiento: “No es que sea yo
el que haga muchas cosas, sois vosotros los que estáis adormilados, todo el día
al móvil enganchado; sin mirar hacia adelante, camináis con la cabeza gacha
guiados por la ola de la sociedad manipuladora y cuando queréis daros cuenta y apartáis
la mirada de la pantalla el día se ha pasado, las horas terminaron y os decís “Pues
al final, hoy no me ha dado tiempo a nada” Y os metéis en la cama, dándole
vueltas a esa larga lista de cosas que hacer para mañana, pero ese pensamiento
solo os dura unos minutos, hasta que oís que vuestro familiar sonido de Whatsapp
os reclama.”
Me encanta lo brillante que eres.
ResponderEliminarMonchi
Me ha gustado el artículo, también me recordó a mi abuelo que en paz descanse por lo noble que era y lo mucho que trabajaba sin descanso para alimentar a mi madre, un saludo Sonia
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