Tengo
la llave del futuro ¿queréis saber cuál es? Bueno, en realidad me da igual que
no queráis saberlo, os lo voy a decir igualmente a no ser… A no ser que dejes
de leer este texto en el instante de ¡ya! ¿Me has dejado de leer? Bueno, tú
verás…
Como
iba diciendo, tengo en mis manos la llave del futuro, concretamente en mis
dedos, porque claro, como podréis observar estoy escribiendo, tecleando letras
que formarán palabras, por lo que para
que podáis leer cual es la llave del futuro tengo que escribir la palabra ¿Cuál
será, será…?
Podríamos
jugar a algún juego, al ahorcado o algo así y tendréis que adivinar cuál es la
palabra. Podría empezar diciéndoos que tiene trece letras.
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Aunque
claro… yo no podría estar ahí oyéndoos para deciros si la letra que elegís
están en la palabra o no… Creo que será mejor decíroslo y ya está, escribíroslo
sin más y ¡pun! La llave pasará a estar en vuestro poder y podréis abrir todas
las puertas aunque muchas sean si querer. Si supieseis cual es la llave
entenderíais lo que os digo; pero bueno, ya lo descubriréis.
¡Ya sé!
Juguemos a las adivinanzas, yo os doy pistas y vosotros adivináis. ¡Claro! ¡Qué
buena idea! ¡Cómo no se me podía haber ocurrido antes! Veamos… adivina
adivinanza… Ah no, pues no era tan buena idea porque volvemos a lo de antes…
vaya faena. Por mucho que creáis saber
la respuesta de mi adivinanza (que no lo creo, porque es muy, muy difícil) yo
no voy a poder deciros si es esa la correcta o no.
En fin
me dejaré de tonterías porque empiezo a notar ciertos sentimientos de
desesperación hacia mi persona y una pérdida gradual de la paciencia. No os
desesperéis por la espera de lo esperado y disfrutar del camino caminado.
Aunque en el fondo, fondo… creo que me estáis cogiendo hasta cariño y por mucho
que lo deseéis no me podéis dejar de leer. ¡Ja! Os he enganchado eh…
¿Cuánto
rato creéis que podríamos alargar el juego? Me da a mí que no mucho o me
acabareis tirando un cenicero. Aunque tampoco creo que lo hagáis porque lo
único que conseguiríais sería romper esa pantalla desde la que me leéis y lo
peor de todo es que os quedaríais sin saber cuál es la llave del futuro. A no
ser… que en realidad no os lo vaya a decir, sería gracioso ¿verdad? Vaya
incertidumbre os estoy causando; así, sin ton ni son; sin venir a cuento ni
razón. Si no os la dijese dejaríais de tenerme cariño y os enfadaríais conmigo.
Bueno, aun así acabaríais de leerme por si acaso lo dijese al final, después de
todo este camino visual no me vais a abandonar.
Ahora,
si os digo la verdad… no sé muy bien ni cómo mi historia terminar; sí acabar
con esa incertidumbre que os empieza a pesar o dejaros que investiguéis y
penséis un poco más.
Incertidumbre,
que palabra tan sabia, larga de trece letras y con gran peso emocional, porque
a veces, en algunos momentos de nuestra vida, la incertidumbre nos ahoga y no
podemos respirar. Pero si pensáis con un poco de claridad podréis ver que en
realidad cada minuto que vivimos está dictado por la incertidumbre; el no saber
qué va a pasar: esa piedra que se cruzó en mi camino; ese globo que decidió
volando escapar; ese coche que no paró; esa llamada repentina o ese momento en
el que te enteras que dentro de ti, estás creando una pequeña vida.
Simplemente
no nos damos cuenta de todas las incertidumbres que tiene la vida, el día tras
día, el qué pasará. Y la llave del futuro en tus manos ya está.
Lidia Dueñas, este es tu alocado cuento.
Pues eso, en tus manos tienes la pluma para seguir escribiendo cuentos y acabar con tu incertidumbre de saber si en un futuro y por el cariño que te tenemos te seguiremos leyendo jejeje
ResponderEliminarMamà Gela
Muy bonito Sonia, sospecho q a Lidia le gustará. Muchos besos!!
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