Como ya sabéis todas las
historias tienen un comienzo, un empiece peliculero un ‘Había una vez’ o un ‘Erase
que se era’. Pero no es el caso de esta leyenda, de este conjunto de palabras que
unidas forman un cuento, una narración de origen galáctico; y es que el amor
que se esconde entre estas letras es más poderoso que las mismas fuerzas que
hacen que el universo se mantenga eterno.
Comencemos…
Hace mucho tiempo, en una
galaxia muy, muy lejana, había un valiente y sinvergüenza piloto. Este piloto
era conocido por su locura innata, por su fuerte positivismo y su insaciable
necesidad de aventura. Este piloto y además contrabandista llamado Adrián Solo
volaba a través de las estrellas montando en su Halcón Milenario (aunque si os
soy sincera, creo que tan solo se trataba de un caballo que después sería una
motocicleta). Volaba sorteando planetas, meteoritos y cometas, siempre contando
con el apoyo de los arrastrados, quiero decir… de su fiel compañero y amigo
Chewbacca. Juntos se adentraban en los peligros de las montañas de la Pedriza,
donde con la ayuda de este piloto y líder de la Alianza Rebelde conseguían
completar la misión de llevar tan solo 20 pertenencias en la mochila, y así
poder correr entre los montes más rápido, en el caso de que los soldados de
asalto del imperio galáctico diesen con su secreta localización (y quien dice
soldados de asalto dice zombies en pleno apocalipsis). La base rebelde oculta y
escondite de reuniones se encontraba en ese deseado jardín con piscina, ubicado
en el planeta Yavin; donde las horas conversando se hacían infinitas. Y la
azotea, era la torre de vigía desde donde protegían la ciudad apuntando con sus
pistolas bláster siempre alerta a cualquier posible ataque.
Esta persona de la
que hablamos podía tirarse horas montando y planeando batallas en maquetas
coloreadas; así como inmerso en la creación de objetos y muebles usando su
mayor material de contrabando; los pallets que por ahí se iba encontrando. Otra
de sus grandes misiones de vida era su dedicación a la enfermería, preocupado
por la salud y el bienestar de las personas de la Alianza. En su tiempo libre Adrian Solo, solía irse a
cazar búfalos nocturnos acompañado de la música y el baile y cuando sonaba el 'Single Ladies' se convertía en el rey de la pista y ¡no había quien le parase!
Adrián Solo era y es, un gran
defensor de la paz y la justicia. Así como un amigo de gran poder y sabiduría
ya que en cualquier momento de necesidad él siempre va a estar ahí, a tu lado,
para darte apoyo, escucharte y narrarte uno de es,os largos sermones propios de
él, con los que se asegura que la persona con la que habla se sienta
reconfortada a través de esas palabras pronunciadas desde la sinceridad y el
corazón. Aquí hablamos de un seguidor del lado luminoso de la Fuerza al cual
estamos orgullosos, nosotros la orden de los Arrastrados, de poder entregarle
hoy un certificado profundamente merecido. Pues nos encontramos ante un
verdadero Jedi.
Bueno continuemos con nuestra
historia; pues este joven y alocado piloto no ha llegado aquí solo, sino que se
encuentra bien acompañado. Y es que nuestro protagonista revolucionario se
enamoró de nada menos que de una princesa, pero no os penséis que se trata de
una princesa cualquiera. No, aquí no hablamos de una de esas princesas cursis
con vestidos brillantes y pelo largo que esperan a que sus príncipes azules les
vayan a rescatar. Aquí hablamos de una princesa de armas tomar, que no necesita
a nadie para ser salvada de las adversidades de la galaxia, ya que se trata de
una de las líderes más importantes la Alianza Rebelde, valiente en el campo de
la enfermería y dedicada a exprimir al máximo la felicidad de cada momento de
su vida. Esta princesa llamada Mélani Organa es una de las grandes heroínas de
la galaxia así como una figura clave para la lucha por la libertad y obviamente
para el final de esta historia.
La princesa Mélani Organa tenía
fuertes lazo de amistas en muchos de los planetas vecinos ya que su alegre
carácter y fuerza de voluntad la convertían en una persona querida y admirada.
Esta princesa de sangre aventurera mantenía como prioridad recorrer el Universo
y explorar cada uno de las maravillas que este escondía. Pero también tenía una
pequeña debilidad, y esta era su atracción por los sinvergüenzas y
destartalados; y digamos que Adrián Solo era conocido por su engreído desaliño.
La primera vez que se vieron
fue en la Estrella de la Muerte, también conocida como el famoso Weatherspoon, donde si os soy sincera se conocieron pero no
se hicieron muchos caso. Eso cambió radicalmente en su segundo encuentro, una
noche en la que ambos decidieron salir con sus amigos a una de las discotecas
más famosas de la galaxia, llamada East. Allí por primera vez sus miradas se
entrecruzaron creando una pequeña chispa de complicidad. Esa noche sus manos se
rozaron. Juntos, bailaron. Intercambiaron susurros y sonrisas. El olor de sus
cuerpos al acercarse y la atracción de sus miradas se convirtieron en un grito
silenciado, en un silencio gritado.
Ahora, debían batallar el
peligroso frente que les esperaba, un movimiento que únicamente el audaz Adrian
Solo podría logar con la ayuda de la valiente Princesa Mélani. Ya que esta ideó
una misión de rescate para liberar a Adrián Solo de su congelación en un bloque
de carbonita y aunque esto les llevase a meterse a los dos en problemas, sabían
que juntos, no habría nada ni nadie que les parase.
Entre tanta batalla contra el
imperio galáctico no tenían ni un instante de descanso. Pero un día al
encontrar un momento de tranquilidad, se pararon, se miraron haciendo que el
giro de los planetas se detuviese y las manillas del reloj enmudeciesen para
que el contrabandista y la princesa se dieran su primer beso.
Poco a poco comenzaron a
formar su vida conjunta donde realizarían varios viajes de locura y pasión.
Juntos descubrirían nuevos planetas; en el cual, en uno de ellos se harían una
marca de amor permanente; así como en otro se sumergirían en las entrañas de la
naturaleza y la salvaje fauna del planeta Tierra. Cada uno de estos viajes,
forman parte de su inacabada colección de momentos y recuerdos. Los cuales a
partir de hoy pertenecerán a un nuevo episodio.
Pasado un periodo de tiempo,
decidieron continuar su aventura y tras recorrer un largo campo de asteroides aterrizaron
en la Ciudad de las Nubes, más conocida como Escocia. Allí comenzaron a formar
su pequeño hogar, su vida particular. Un lugar desde el que planearían un día
tan importante y especial como el de hoy. Un escondite en el que hablarían
usando un nosotros. Una guarida de ideas alocadas y secretos compartidos.
Y es que tras esa mirada de
compromiso. Ese cálido saludo al verse que se convierte en un dulce hormigueo
en el vientre. Esas palabras de amor dichas y las que no están dichas pero se
quedan impresas en el ambiente, todos esos detalles son la firma más verdadera del
sentimiento que enlaza a estas dos personas. Ese sentimiento es el que nos reúne
hoy aquí, a todos nosotros para ser cómplices y partícipes de este día
universal.
Pero
no os preocupéis porque aquí no acaba esta historia ya que esta historia no ha
hecho más que empezar; porque adivinad qué será lo que hoy, en este blanco
acontecimiento nuestros protagonistas se dirán. Ella, le dirá “Te quiero” y él
le contestará “Lo sé” y cuando se intercambien esos anillos firmados por su amor y se den ese beso
infinito podremos decir entonces que los planetas finalmente estarán alineados
y la Galaxia será nuevamente libre.
Y aquí una servidora, la
lectora de este cuento, habla desde el corazón de los arrastrados, tus
amarillos, vuestros amigos. Y no solo con mi voz, sino con la de todas las
personas aquí presentes. Todos nosotros ciertamente sabemos que vosotros,
valientes e intrépidos enamorados haréis que la galaxia forme parte de un
universo mejor, como lo habéis hecho hasta ahora. Y por ello, queremos haceros
entrega de un pequeño recuerdo que será uno de los cuales marcará el comienzo
de este nuevo episodio… y por supuesto, que no falte deciros “Que el amor os
acompañe.”
Dedicado a Mélani García y Adrián Díaz.
Gracias por hacernos pasar un día tan bonito e inolvidable.